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Innovación y creatividad del emprendimiento empresarial

22 may. 2024

¿Cuáles son los métodos más comunes para crear e innovar en el mundo del emprendimiento empresarial?

El economista austriaco Schumpeter definió el emprendimiento empresarial como la habilidad para aprovechar las oportunidades creadas por los nuevos descubrimientos. Utilizó la expresión “destrucción creativa” para referirse al proceso continuo de generación de cambios en la tecnología y los modelos de negocio. Estos vuelven obsoletos los productos y servicios y las habilidades de empresas y personas.

Si queremos que un emprendimiento empresarial sea exitoso, se necesita de mucha imaginación y capacidad de acción para desarrollar un producto nuevo para un mercado que todavía no existe. Es igualmente importante al entrar en un mercado conocido o mantenerse en él, ya que se deben crear variaciones de productos y servicios que aporten un valor superior al potencial comprador.

Diferencias entre creatividad e innovación: identifícalas para que todo salga bien en tu emprendimiento empresarial

Te puedes estar preguntando cuál es la diferencia entre creatividad e innovación, si es que existe alguna. Por un lado, la creatividad es la capacidad de generar ideas novedosas y eficaces. Esta puede traducirse o no en acción. En el emprendimiento empresarial, si esas ideas no se convierten en algo tangible y se observa si funcionan o no para generar ingresos, no podemos estar seguros de su eficacia. Por el otro, la innovación es la aplicación y puesta en práctica exitosa de ideas creativas. Sus resultados son medibles en cambios reales en la forma de hacer negocios y en el retorno de las inversiones.

Te presentaremos una técnica de resolución de problemas y generación de ideas creativas. Esta se conoce como la técnica de los “Seis sombreros para pensar”. Es un método mucho más completo y elaborado que el conocido brainstorming o tormenta de ideas. Después, describiremos 3 metodologías muy usadas en el emprendimiento empresarial:

  • La metodología del design thinking
  • La técnica de “Los trabajos que realizar” (Jobs to be done)
  • Lean startup

Seis sombreros para pensar: cómo ordenar la creatividad grupal en el emprendimiento empresarial

Su propósito es abordar el problema desde varios puntos de vista y ordenadamente para mejorar la calidad de las soluciones. Se distinguen seis direcciones del pensamiento. A cada una de ellas se le asigna real o metafóricamente un sombrero que los participantes se pondrán para resolver el problema:

  • Sombrero azul: es el que controla el resto de los sombreros, determina la visión general del problema y la secuencia en que se usarán los sombreros o tipos de pensamiento.
  • Blanco: aporta hechos objetivos y datos.
  • Amarillo: es el sombrero del optimismo sobre distintos aspectos del problema.
  • Negro: sirve para evaluar críticamente las opciones y para encontrar las cosas que podrían no salir bien.
  • Verde: se usa para generar ideas creativas para solucionar el problema. Es el que habitualmente se asocia con la técnica del brainstorming o tormenta de ideas.
  • Rojo: expresa sentimientos de manera explícita. Sirve para sacar a la luz emociones (negativas o positivas) sobre distintos aspectos del problema. Además, ayuda a comunicar intuiciones o corazonadas sin necesidad de justificarlas.

Los participantes se ponen sucesivamente uno de los sombreros y piensan en la dirección indicada por el sombrero. Así, se logra estructurar el pensamiento en grupo y evitar el caos y las discusiones sin fin.

La secuencia depende del tipo de asunto que se esté tratando, pero siempre empieza y acaba con el azul. Por ejemplo, una sesión de resolución de problemas podría seguir este orden:

  1. Azul (definición del problema y visión general).
  2. Blanco (datos e información objetiva que está disponible).
  3. Verde (primera generación de ideas).
  4. Rojo (reacciones emocionales o corazonadas).
  5. Amarillo (aspectos positivos de las ideas).
  6. Negro (crítica de soluciones propuestas y riesgos).
  7. Verde (combinación de soluciones anteriores más prometedoras).
  8. Azul (selección de las ideas más prometedoras y siguientes pasos).

Design thinking: lo que puede aportar al emprendimiento

El design thinking es una metodología de innovación para problemas complejos que no están muy bien definidos. Aplica métodos de los diseñadores a todo el proceso de generación y desarrollo de productos y servicios, no solo a su fase final cuando se retoca la estética y se pone bonito. Se puede aplicar al diseño de productos físicos, servicios y procesos empresariales.

En el caso del design thinking es más conveniente hablar de proyectos que de problemas. Se trata de generar ideas que satisfacen necesidades reales de personas. Luego, a través del proceso del emprendimiento empresarial se traen a la realidad. De acuerdo con Tim Brown (2020), se puede entender como un conjunto de tres espacios superpuestos a lo largo de la vida de un proyecto.

1. Espacio de inspiración

Aquí se estudian los comportamientos de los posibles usuarios del producto, sus necesidades y los retos con los que se encuentran. Se emplean una variedad de técnicas etnográficas. Entre ellas están la observación directa, conversaciones, encuestas, grabación de documentos sonoros y en video, cuadernos de campo, etc. La clave está en empatizar a un nivel profundo con la situación del usuario. Después, se organiza la información recogida para que sirva de base para los otros espacios.

2. Espacio de ideación

Este espacio tiene dos partes: la generación de ideas y su selección. Aquí se aprovechan las ideas clave localizadas en la fase de inspiración. Estas se generan, combinan y filtran. Después, se seleccionan las más prometedoras en función de las restricciones establecidas del proyecto (coste, público al que van dirigidos, nivel de complejidad, funcionalidad mínima, etc.).

3. Espacio de implantación

Las mejores ideas se concretan y se transforman en planes de acción por medio de prototipos. De este modo, se puede comprobar su utilidad.

En cualquier momento del emprendimiento empresarial se puede cambiar de espacio si se descubre una buena idea. Por ejemplo, un prototipo que falla se puede volver a la ideación para buscar una nueva solución. Incluso en el mismo intento de implantación podemos descubrir algún elemento del problema que no habíamos tenido en cuenta y que nos hace volver al espacio de inspiración. Esto nos ayudará a replantearnos la necesidad real que queremos satisfacer o el público al que nos dirigimos.

Trabajos por realizar: qué necesita lograr una persona en una situación concreta

Esta es una metodología que ayuda a detectar oportunidades para la innovación y el crecimiento. Además, facilita el emprendimiento empresarial.

Según Christensen (2020), en el mundo de la innovación y del emprendimiento empresarial no basta con conocer las características más comunes del cliente o usuario. Es necesario comprender la razón profunda por la que alguien prefiere un producto para solucionar un problema específico.

La comprensión demográfica y estadística de las características de los clientes solos nos ayuda a aumentar la probabilidad de dar en la diana. Sin embargo, no nos ayuda a encontrarla. Dar con las razones de uso de un producto tiene mucho más poder predictivo. Esto se puede hacer al preguntarles a los clientes para qué están usando nuestro producto. También es útil consultar a los que no lo compran, por ejemplo, para que nos digan qué consideran que falta en el producto o servicio.

En el emprendimiento empresarial, se debe innovar pensando en tareas cotidianas del cliente que no tienen soluciones actuales o para las que las soluciones actuales no son satisfactorias. La metodología de los “trabajos por realizar” intenta lograr esto.

Lean startup: validación de modelos de negocios en el emprendimiento empresarial

Esta metodología está orientada al emprendimiento empresarial, en otras palabras, a la creación de empresas. En estas condiciones no se sabe si el producto o servicio soluciona un problema real mejor que los posibles competidores. Tampoco se ha definido el mercado, por lo que hay mucha incertidumbre.

Este modelo fue creado por Eric Ries, un emprendedor americano que notó que muchos startups quemaban rápidamente su capital inicial. ¿Por qué? Se debe a que se estaban creando productos que no eran demandados por el mercado o no eran la solución que los clientes necesitaban.

El núcleo central del Lean Startup está en el ciclo Crear-Medir-Aprender. Se generan hipótesis sobre el problema y se crea rápidamente un MVP (mínimo producto viable). Un MPV es un producto o servicio con funcionalidades mínimas que intenta resolver el problema. Después, se miden los resultados, es decir, la adecuación de la solución al problema y la aceptación del mercado. Luego, se aprende del “experimento”, se corrigen las hipótesis y se cambia el modelo de negocio hasta que esté más ajustado al problema y al mercado.

Esto se repite hasta crear un producto que solucione una necesidad real. Al final, se descubre un grupo de clientes lo suficientemente importante para lograr ingresos.

Contempla todas tus opciones e impulsa tu emprendimiento empresarial

Como ves, hay una gran variedad de herramientas útiles en el emprendimiento empresarial. Si quieres ir más allá, puedes encontrar soluciones digitales para facilitar distintos procesos de tu empresa. Por ejemplo, la comunicación con tus clientes puede ser mucho más eficiente gracias a los correos masivos, correos electrónicos certificados, E-Voz, E-mensajes, entre otros. También puedes llevar a la cabo la virtualización de procesos físicos de tu empresa por medio de E-conecta. ¿Qué esperas para hacer tus procesos más eficientes? ¡Anímate!

Bibliográfia:

Christensen. C. (2020). Competir contra la suerte: La historia de la innovación y la elección del cliente. HarperCollins Mexico.

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